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Duración: 4:49
I jumped in the river, what did I see?
Black-eyed angels swam with me
A moon full of stars and astral cars
And all the figures I used to see
All my lovers were there with me
All my past and futures
And we all went to heaven in a little row boat
There was nothing to fear and nothing to doubt.
Me tiré al río y ¿qué fue lo que vi?
Ángeles de ojos negros nadaban conmigo.
Una luna llena de estrellas y coches estelares
y todas las constelaciones que solía ver.
Todas mis amantes estaban conmigo,
las pasadas y las futuras,
y todos fuimos al cielo en un pequeño bote.
No había nada qué temer ni qué dudar.
La letra de "Pyramid Song" evoca un viaje místico hacia la muerte o el más allá, representado como un río simbólico donde el narrador confronta sus memorias y dualidades. Las imágenes de ángeles de ojos negros, autos astrales y figuras del pasado sugieren una trascendencia de lo terrenal, como si el alma navegara hacia una dimensión donde el tiempo y el miedo se disuelven. Thom Yorke mencionó en entrevistas su fascinación por la mitología egipcia y su visión de la muerte como un renacimiento, lo que conecta con la referencia a una «barca» llevando al narrador y sus amores al cielo, sin temor ni duda.
El segundo párrafo explora la reconciliación con lo vivido y lo perdido: amantes, pasados y futuros coexisten en un espacio eterno. La ausencia de miedo («nothing to fear») refleja una aceptación serena, quizás influenciada por experiencias personales de Yorke, como su enfrentamiento a la fama y pérdidas emocionales. La «luna llena de estrellas» podría simbolizar un equilibrio entre lo caótico y lo divino, mientras la estructura repetitiva de la canción, inspirada en jazz, refuerza la idea de un ciclo infinito, como el viaje del alma en la cosmología antigua.
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