Mediante una entrevista por correo electrónico con Nialler9, blog musical, Jonny Greenwood habla sobre su trabajo componiendo bandas sonoras de películas, las diferencias con trabajar en Radiohead, el proceso de composición y su obra “Doghouse” (que será interpretada por la RTÉ Concert Orchestra este viernes 29 de julio, como parte del festival The Reich Effect, en Cork, Irlanda), que presenta fragmentos de las piezas compuestas para la banda sonora de Norwegian Wood.
¿Cuán difícil ha sido el salto de Radiohead a la composición musical?
En Radiohead rodo es arreglo y composición musical, de modo que soy feliz componiendo para cualquier arreglo de instrumentos. Trato de verlos a todos con la misma importancia o utilidad, desde las guitarras a las laptops o los cornos franceses. Cualquier cosa que haga que la canción funcione.
¿Qué habilidades te ayudaron a dar ese brinco?
Me parece que fue el haber estudiado música después de que dejé la escuela, y el haber tocado en varias orquestas y grupos musicales después posteriormente. De verdad que estoy agradecido por todo lo que aprendí en ese entonces y todavía dependo de ese conocimiento.
Y por el contrario, ¿cómo ha afectado a tu trabajo posterior con Radiohead en The King of Limbs, por ejemplo?
Nos ha hecho menos prudentes al emplear instrumentos no muy convencionales, y también a trabajar en papel con algo de seguridad.
¿Cómo haces cuando estás componiendo una partitura? ¿Primero y más importante vas con un proyecto en el estudio o es algo más convencional?
De hecho, va todo lo contrario de grabar. Me obsesiona la interpretación, los ejecutantes y el sonido de estar todos juntos en una habitación. Las grabaciones son también importantes, aunque nada como escuchar cómo inicia una orquesta en un cuarto silencioso.
¿Cómo se compara el trabajar con un director como Robert Ziegler a trabajar con una banda?
Es muy similar, excepto que a él lo inundo de manuscritos ilegibles y se los dejo para que los vaya corrigiendo.
¿El que una orquesta toque tus partituras ha conllevado alguna limitación en tus composiciones?
No, o al menos ninguna limitación con la que no haya una forma creativa de trabajar. Si hay cosas que no puedes hacer, eso establece los límites de lo que puedes, y eso ya es tener un enorme rango de oportunidad.
Has repasado algo de tu material anterior, como “Popcorn Superhet Receiver” para There Will Be Blood y “Doghouse” para Norwegian Wood. ¿Cuál fue la lógica de esto?
Simplemente los directores de ambas películas mostraron entusiasmo por esas piezas, de modo que trabajamos en elementos para meterlos en las bandas sonoras.
La música para There Will Be Blood es un trabajo brillante. Es un gran ejemplo de música que realza la narrativa y aumenta el tono inquietante de la película. ¿Qué proceso sigues para componer música cinematográfica? ¿Es más fácil ponerle música a imágenes establecidas y a una narrativa? ¿Qué papel juega un director como Paul Thomas Anderson en tu trabajo de composición?
Es más fáci tener una razón para escribir música, algo dónde ocultarse. Esa música se escribió para esos enormes paisajes, y las pequeñas piezas de cámara para el chico, H. W. Tuve un gran lujo con esa película: los verdaderos compositores de bandas sonoras me han dejado claro que era pan comido; pude escribir lo que quise y tuve el entusiasta apoyo de Paul Thomas Anderson. Generalmente hay más de dos opiniones envueltas en cada decisión, pero en esa película fuimos libres. Al final, escribí demasiada música, toda sobre la historia y los paisajes, e inclusive él adaptó parte de la película a la música. Es ridículo. No habrá de pasar de nuevo, me dicen.
¿Hay algún director con el que desees trabajar?
Fuera de Radiohead no tengo mucho tiempo. Cuando tengo tiempo libre, soy feliz escribiendo y grabando música, en especial la que se toca a partir de leerla del papel. Me es muy interesante.
¿Qué fue lo atrayente para que aportaras la música para We Need to Talk About Kevin?
Al inicio dije que no, por limitaciones de tiempo, pero entonces Lynne (Ramsay) me envió una edición en borrador de la película y resolvimos una forma para que ocurriera.
¿Qué podemos esperar de esa música en comparación con tus trabajos anteriores?
En casi toda usamos un arpa céltica con cuerdas de acero, ejecutada por Jean Kelly. Es un sonido fantástico que le queda bien al personaje de Kevin.
¿Qué música, de composición o de otro tipo, estás escuchando en este momento?
Justo ahora me pongo al día con Penderecki. Acabo de encontrar una banda sonora que hizo, llamada Je t’aime, je t’aime. Vale la pena darle una escuchada.
Eres muy entusiasta con las Ondes de Martenot. ¿Qué es lo que te atrae de ellas?
Es música creada a partir de la electricidad en el más puro modo que se pueda imaginar. Me enctanta tocarlas. Se parece un poco a cantar, cosa que no puedo hacer para nada.
“Doghouse” estuvo inspirada por los archivos de la BBC Concert Orchestra. ¿Cómo transfieres eso a música de cine?
Esperaba que su biblioteca estuviera llena de pedazos de material efímero escrito apresuradamente (canciones de comerciales y melodías centrales de programas de radio olvidados de los años 50) e imaginé una orquesta tocando cualquier cosa que pudieran hallar ahí: fundidos, partes faltantes, etc.
“Doghouse” será interpretada en Cork como parte de The Reich Effect, un festival para celebrar a Steve Reich. ¿Eres fan? ¿Qué te gusta de su trabajo?
Ahorita trato de aprender a tocar algo de ello, ¡no es fácil para mí! Jamás he intentado tocar guitarra a partir del papel, y es un largo, largo proceso. Pero disfruto meterme bastante en una pieza musical.
¿Algún plan para que Nonesuch edite tu trabajo en disco de vinilo?
No, y no estoy convencido de que la música clásica suene bien en vinilo, ¡nunca lo suficientemente fuerte!
Escucha “Doghouse” de Jonny Greenwood:
Parte 1:
Parte 2:
Parte 3:
Recordar que Jonny ha trabajado esporádicamente desde 2003 en grandes trabajos en solitario de composiciones para música de cine. Es compositor huésped de la BBC Concert Orchestra y la última banda sonora en la que trabajó fue para We Need to Talk about Kevin, filme dirigido por Lynne Ramsay y que se estrenó en el Festival de Cannes de Francia en mayo pasado.