Ya no es gratis.Ya son casi tres años cuando en octubre de 2007 Radiohead sorprendió al mundo con su séptimo álbum, In Rainbows, sobretodo por su “modelo comercial” poco convencional bajo el que fue publicado, y cuyo método era permitir a la gente pagar por él lo que ella quisiera, inclusive nada. Al terminarse su contrato con EMI y demostrar claramente que la evasión de una disquera es, hasta cierta medida, posible, Radiohead generó polémicas y debates en torno al poder que con estas medidas se les puede arrebatar a las casas musicales, tema que llega a salir a los reflectores todavía de vez en cuando.

In Rainbows marcó este precedente, y se convirtió en un símbolo de “amenaza” a la Industria Musical. Por eso sorprende que hoy este disco esté ingularmente fichado por la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA) y de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI). Estas dos entidades han dedicado a desplegar a lo largo y ancho de la Red un operativo antipiratería en busca de sitios que intenten distribuirlo, para notificarlos a Google y que deshabilite todo aquel blog que lo ofrezca, e impedir que aparezca en los resultados de búsqueda.

¿Por qué un material que la propia banda dio prácticamente como regalo, y que significó el próximo paso hacia un nuevo modelo de comercio en la música, hoy está siendo tan fuertemente custodiado de ser compartido ilegalmente? Ante tal ironía hay que tener en cuenta una cosa: el disco ya no es gratis, sino que alguna vez lo fue. Un tiempo después del lanzamiento digital, In Rainbows quedó bajo una licencia con una disquera tradicional. De esa manera, el modelo “paga lo que quieras” dejó de existir, al menos para las copias físicas del material. Esto les dio a la RIAA y la IFPI un poder relativo sobre In Rainbows, y es del cual se aprovechan para eliminar toda copia que encuentren en Internet que se distribuya sin su autorización. Sin embargo, existen dudas sobre si las actuaciones de la RIAA y la IFPI son o no legítimas, pues su jurisdicción se limita solamente a la distribución física, más no a la digital. Aunado a ello, la publicación digital del disco aún le pertenece a la banda.

De modo que urge que ambas partes, tanto la Industria Musical y sus instituciones organizadas como la propia banda, fijen una postura que aclare el lugar que In Rainbows tiene hoy en el mercado, para que se deje de culpar a sitios de descargas por su distribución ilegal a través de Internet.