Entre las influencias intelectuales de Thom Yorke destaca una figura clave: el escritor, lingüista y activista Noam Chomsky. Esta admiración no es casual; ha permeado tanto sus letras como su visión del mundo, creando un puente entre el arte y el pensamiento crítico.

Chomsky en las Letras: De “Electioneering” a la impotencia

En entrevistas del archivo de Greenplastic, icónico sitio fan ya offline, Yorke reveló que el tema Electioneering (del álbum OK Computer) surgió de una mezcla entre el hastío de la superficialidad en las giras y su inmersión en las obras de Chomsky. Durante una gira en Estados Unidos, el ritual de saludar de mano a desconocidos lo llevó a bromear con la frase “I trust I can rely on your vote”, una crítica irónica al teatro político. Pero fue la lectura de Chomsky lo que añadió profundidad: “Tenía esas ganas de querer actuar, pero al mismo tiempo me sentía impotente de hacerlo”, confesó.

Este sentimiento de frustración ante sistemas opresivos refleja un tema recurrente tanto en las obras de Chomsky como de Thom: la alienación del individuo frente a estructuras de poder inalcanzables.

Héroes que inspiran a pensar pero no a seguir ciegamente

En una entrevista de 2004 con High Profiles, Yorke mencionó a Chomsky entre sus héroes: “Tiene un cerebro tan grande que no entiendo cómo levanta la cabeza”. Pero más allá del puro elogio, destacó algo esencial: la idea de que los héroes no deben ser figuras pasivas, sino catalizadores para la autonomía intelectual.

Yorke recordó cómo Chomsky cierra sus charlas instando al público: “¡No me crean a mí! ¡Investiguen por ustedes mismos!”. Esta filosofía resonó en él, especialmente al recibir cartas de jóvenes fans que se sentían incomprendidos: “Si puedo ayudar a quienes no encajan, es porque yo también fui así”, explicó.

Política, Blair y la desilusión

El contexto de los 90 y 2000, marcado por el ascenso de Tony Blair en Reino Unido, también nutrió su escepticismo. En Rolling Stone, Yorke vinculó la lectura de Chomsky con su crítica al “optimismo vacío” de la época: “Blair llegó al poder con esperanza, pero pronto se vio que era puro interés propio”.

Durante la creación de Kid A y Amnesiac, Yorke exploró obras como No Logo de Naomi Klein, que conectaba con las ideas de Chomsky sobre el control corporativo. Aunque no un “manifiesto” para Radiohead, Yorke admiraba cómo Klein usaba su visibilidad para infiltrar ideas críticas en medios mainstream, aun sabiendo que sería “patronizada por el establishment”.

BDS, Israel y el dilema ético

La postura de Yorke frente al movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel) revela tanto afinidades como tensiones con Chomsky. En Rolling Stone, Yorke declaró oponerse al boicot cultural, citando a Chomsky como aliado. Sin embargo, este último aclaró su posición: “Me opongo a actuaciones en Israel que sirvan para propaganda que encubra la ocupación”.

El sistema de estrellas y la Ilusión del capitán

En el libreto de Airbag (de OK Computer), Radiohead incluyó un texto que parafrasea a Chomsky: “La gente quiere creer que hay un capitán al mando… pero el sistema nos hace sentir incompetentes para decidir”. Esta idea —la desconfianza en líderes salvadores y la necesidad de participación crítica— es un eco directo del pensamiento chomskiano.

Entre la música y el activismo

La admiración de Yorke por Chomsky no es mera idolatría, sino un diálogo constante entre el arte y la reflexión política. Ambos comparten un llamado a cuestionar estructuras definidas, aunque difieran en tácticas y posiciones concretas. Para Yorke, la música es un vehículo para exponer contradicciones, pero también un recordatorio de que, como diría Chomsky, la verdadera resistencia empieza cuando dejamos de delegar nuestros ideales y pensamos por nosotros mismos.

En un mundo donde la impotencia y la esperanza chocan, Yorke y Chomsky coinciden en algo: la importancia de mantener los ojos abiertos, incluso cuando duele.

Foto de portada de Andrew Rusk, CC.